Duda y temor me acompañaron estas últimas semanas, además
de mucha curiosidad. Temblaba. Hace ya casi dos semanas que inicié mi medicación
para depresión y ansiedad. He sentido los primeros efectos secundarios, más no los
principales, ya que esos se presentan después de tres a cuatro semanas. He
dormido mucho mejor; la parálisis del sueño ha cesado, no he tenido pesadillas
y no me he despertado de la nada por la madrugada. Mi garganta y mi lengua se
sienten secas y me da mucha sed. Me he sentido un poco agitada pero no tan
ansiosa como es lo usual. Mareos y náuseas. Rigidez en mis brazos y piernas y, MUCHA
somnolencia, no sé ni como mantengo mi cabeza recta y sin una almohada en el
trabajo.
Antes de probar medicación cuestioné
a mi psiquiatra de los beneficios y los posibles daños a corto y largo plazo de
las dos prescripciones que me recetó, ella solo respondió que no había nada de
consecuencias negativas más que mareos y náuseas y, que por supuesto no eran
adictivas. Lo cual no me hizo sentir nada mejor sino que me hizo tomar nota mental
de NO CONFIAR en mi doctora. Le volví a interrogar si no faltaba ningún otro
efecto secundario que ella saltara, negó con la cabeza. Pues bien, salí con mis
prescripciones directo a la farmacia, extrañamente estaba un tanto emocionada.
Fluoxetina y Tegretol, estos son los medicamentos que tomo todos los días, mañana
y noche. La Fluoxetina es mayormente conocida
bajo el nombre comercial de ‘’Prozac’’ que es utilizado para tratar la depresión,
el trastorno obsesivo-compulsivo y la bulimia nerviosa. El Tegretol o
Carbamazepina es usado para controlar las crisis epilépticas y el trastorno
bipolar; mi psiquiatra me lo prescribió para disminuir mi ansiedad y regular mi
sueño.
Los primeros dos días de consumir
dosis bajas de ambas medicaciones me sentí totalmente fuera de mí, no es que nunca
haya tenido este tipo de pensamientos (porque muchas veces los he tenido), sino
que esos días de principio a fin tuve
pensamientos e impulsos suicidas. Al caminar en la calle pasaba frente a los
autos sin parar ni voltear, ya que sentía una total indiferencia por mi
bienestar y casi como una orden interna deseaba que me atropellaran, me sentía miserable.
Los autos paraban el freno inesperadamente. Por supuesto no tengo evidencia científica para atribuir tal suceso a la mínima medicación que ingerí esos dos días.
No tengo conocimiento si es posible que mi organismo en defensa comenzara a
rechazarla o simplemente fue mi propio estado depresivo. Nunca antes intenté
suicidarme, no obstante, me lastimaba como medio de decirme a mi misma que era
un ser sin valor, además este dolor físico ‘’calmaba’’ mi dolor emocional por
unos instantes. Me prometí jamás volverlo hacer y he sido buena hasta ahora. No
encuentro sentido alguno en maltratarme físicamente si al fin y al cabo no
soluciona mi problema.
Pues bien, a causa de estos dos días
terribles busqué información acerca de los medicamentos. La fluoxetina me sorprendió
enormemente al enterarme que era el Prozac de los 90, ese antidepresivo que en algún
momento fue el Santo Grial de la psiquiatría y que fue alegadamente ‘’causa’’
de desequilibrios mentales en personas totalmente cuerdas que llegaron al
suicidio y/o asesinato. ¿Personas cuerdas dije? personas que supuestamente
pasaban por una tristeza transitoria pero no al grado de perturbar su salud
mental. Estos acontecimientos solo quedaron en eco ante tribunales y medios de comunicación. ¿Y si la Fluoxetina está
tan estigmatizada porque me la prescribió? Ni idea. Muy a menudo las compañías farmacéuticas
patrocinan eventos y seminarios para instituciones y hospitales, con especial interés
en la psiquiatría. También puede suceder que el psiquiatra o el hospital reciban
una cuota extra por prescribir tal medicamento de alguna farmacéutica.
Es decir, la salud del paciente no es una prioridad sino una consecuencia de la circulación de dinero. Especialmente cuando la psiquiatría solo basa su ''cientifismo'' en prescribir medicinas aun cuando no hay un diagnóstico físico y comprobable. Que va, realmente no lo sé, solo especulo.
En fin, no puedo darme el lujo de rehusarme a medicamento en mi estado. Quizá no sea el Prozac, ¿pero qué será después si no funciona? Quiero creer, SI, QUIERO CREER que estas pastillas me
van a servir, pongo toda mi fe en que lo harán. Intenté terapia mucho antes y no
sirvió de nada, aunque he regresado a terapia otra vez acompañada de
medicamento. Quiero sentirme una persona normal, eso es todo; quiero deshacerme de
todos mis miedos, mis angustias y mi deficiencia social. No puedo
olvidar las pocas malas imagenes de mi pasado que aun retengo, no puedo borrar absolutamente nada de el, y perdonar lo que sufrí es simplemente imposible. Y aunque no recuerde
mucho, solo sé que a pesar de todo tengo el derecho de sentirme feliz y de aceptarme. Hoy más que nunca siento la sana necesidad de amar y sentirme amada también.
Este video es un tanto estupido y divertido. Es acerca del PCP, o sea, nada que ver con el Prozac solo que ambos son drogas, una legal y la otra ilegal.
Este video es un tanto estupido y divertido. Es acerca del PCP, o sea, nada que ver con el Prozac solo que ambos son drogas, una legal y la otra ilegal.
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