martes, 23 de junio de 2015

De brujas y leyendas

México es un país de doble moral, de hipocresía instaurada y arraigada por los años de conquista foránea y su poderoso salvajismo ante los indígenas y sus creencias ancestrales; de instruirse en una lengua ajena bajo castigos humillantes y ‘’cristianos’’; de pisotear la dignidad divina de un pueblo nacido muchas veces de la sangre, y que alumbró a la ‘’quinta raza’’, una raza cósmica, de bronce, según lo que pensaba José Vasconcelos. El deseo ferviente de su independencia, de su resentimiento en su ahora aplastada alma de guerrero, hizo de México una bestia de dos cabezas. Una educada y otra ignorante, a menudo la educada toma ventaja del indefenso con vileza y, el ignorante abre sus brazos para salvar su tierra con todo su enojo y su corazón palpitante. Ambas sienten miedo la una de la otra, y ambas ridiculizan su cultura mestiza, sus costumbres extrañas y sus raíces delante lo extranjero. Por eso México tiene secretos a voces, pero nadie jamás los corrobora; sin embargo, emplea sus creencias supersticiosas ya algo lejanas de sus nativas o mas bien, sincretizadas con otras religiosas: La Santa Muerte, la Santería Católica, el Chamanismo, el Palo Mayombe, el Vudú y el Satanismo. Donde actualmente las pirámides son solo un lugar turístico y Catemaco el lugar más temido y respetado por iniciados y profanos. Las dos cabezas de México mantienen tradiciones esotéricas y místicas muy pegadas al hueso, y aunque haya quien no crea en ‘’cuentos de brujas’’ por regla debe cuidar su raya y mostrar respeto. Vea lo que vea y escuche lo que escuche, fuera de esas cuatro paredes nada sale y nada entra, de lo contrario se paga como cobra la Masonería y que se le advierte al neófito durante su estancia en la Cámara de Reflexiones.

En fin, hoy recordé una historia que escuché hace mucho tiempo de mi abuelita, quien desde pequeña ya era clarividente, leía la palma de la mano e interpretaba magistralmente el Tarot. Mi abuelita Lidia era originaria de un lugar de Guadalajara que no recuerdo. Contó que una noche tuvo que quedarse a dormir en la casa de su tía y que su madre vendría a recogerla a la mañana siguiente. Mientras dormitaba oyó unos ruidos y vocecillas cuchicheando a lo lejos, y por tal se levantó a examinar por la ventana que daba a un patio. Dice que lo que vio le heló hasta la médula del terror. Su tía estaba acompañada por muchas otras mujeres, todas vestidas de negro y rezando algo extraño, a lo que ella le pareció rezos al revés. Después, su tía y el resto de las mujeres se extrajeron los ojos y los escondieron en las cenizas para convertirse en bolas de fuego y marcharse volando. Mi abuela no daba crédito a lo que acababa de presenciar y dice que se limpiaba los ojos para aclarase. Dice que se metió en la cama y no pegó ojo en toda la noche de tanto miedo. A la mañana siguiente, su tía a modo de averiguar si mi abuelita reparó en lo sucedido la noche anterior le preguntó si no había escuchado nada extraño ya que los perros no dejaban de ladrar y mi abuela temerosa contestó que ella no escucho nada. Y esa fue la última vez que la miró. Hay una creencia popular que dice que las brujas salen en las noches para beber sangre humana, especialmente la de niños. Se sacan los ojos como acuerdo para convertirse en bolas de fuego y animales, y los esconden ya que si alguien los encuentra, la bruja corre riesgo a quedar ciega.

Mi madre es mujer de pueblo y tradiciones, y cuenta que su madre era molestada por una bruja que le bebía la sangre y le dejaba marcas y moretones en las piernas. Dice también que un hombre brujo le comentó que se untara heces de vaca en los moretones para castigar a la bruja por sus actos. Que ella sabría quien era la bruja que le había atacado porque se le caerían los dientes después de tal procedimiento poco higiénico. Fue entonces que al parecer ellas supieron quien había sido la criminal porque poco después la vecina de enfrente perdió su dentadura. En los pueblos hay varios métodos para castigar a una bruja, el peor de todos es la vergüenza pública porque las mata; dice mi madre que atraparon a tres brujas que bebían la sangre de bebes hasta dejarlos muertos. Las tres fueron amarradas y expuestas ante la gente del pueblo y todas murieron de vergüenza. Difícil de creer, pero es lo que la gente cuenta en un país inmerso en lo sobrenatural y onírico. Es ilógico a la razón, aunque bien, la mecánica del universo no es lógica.
Antes de que mi abuelita Lidia falleciera, me contó una historia muy rara, decía que debajo de la casa de una de sus hijas habitaba una bruja que deseaba salir y que por ningún motivo yo debía acercarme al sótano jamás (si bien ahora rememoro que en esa casa practicaban ritos mágicos e invocaciones a espíritus). Luego esa historia me impactaría a mis pocos años de vida. Un día que mi abuela y yo nos quedamos solas en dicha casa, sucedió algo extraño, yo temblé y ella me miró y preguntó ‘’¿tú también viste eso?’’ y asentí. Lo que había visto fue una sombra oscura pasar rápidamente frente a la puerta principal de vidrio, era como si esa cosa oscura en vez de caminar flotara. Era una sombra aparentemente de forma humana, pero no podía apreciarse piel o ropa, solo negrura. Mi abuela me abrazó y me dijo que no temiera y que ella me cuidaría. A ese tiempo se me repetía un sueño horrible donde una bruja me perseguía y yo me escondía de ella, y el lugar donde mi sueño sucedía era esa casa. Después de que mi abuela murió deje de soñar esa pesadilla, pero comenzaron mis parálisis de sueño. En una de mis distintas visiones durante parálisis, aparece una mujer la cual es aficionada a asustarme haciendo sobretodo ruido de golpes con las cazuelas y sartenes; me llama por mi nombre y dice que me va a matar. Recuerdo que una noche ella me despertó con un sonido de arañazos en los sartenes, se ''dio cuenta'' que no podía moverme y que estaba despierta ya que traté de moverme, se me echó encima y trató de asfixiarme, logré reaccionar movilizando mi cuerpo y no volví a dormir. 
Hace unos meses  tuve ese sueño que ya había dejado atrás, la bruja buscándome, pero esta vez era totalmente distinto. Como siempre, en mi sueño me escondí exactamente en el mismo lugar, sin embargo algo pasó, en mi pesadilla oí pasos detrás de mí, y como en una película, la vi a ella viniendo hacia donde yo me escondía, y me vi a mi misma también en mi escondite; ella sabía donde estaba. Me miró a los ojos y con una gran sonrisa burlona me dijo ‘’te encontré’’ y ahí desperté. Resoplé un poco al despertar y en seguida e insólitamente una sensación de paz me albergó. Es como si la hubiera exorcizado de mi sueño.
Hay una ''explicación'' para la parálisis del sueño, sucede con frecuencia a personas bajo cuadros muy altos de estrés y/o depresión o narcolepsia; cuando estás en fase REM (Rapid Eye Movement) que es el estado del sueño donde las ensoñaciones ocurren con mayor intensidad y cuando tus músculos se inmovilizan como una barrera para impedir efectuar los sueños en la realidad, brindando protección físca para evitar autolesiones o poner en riesgo a alguien más (aunque una excepción sería el sonambulismo), pasa que de repente te despiertas porque tus ojos se movían muy rápido y aunque estas consciente tu cuerpo no lo ''cree'' así, es por eso que se encuentra paralizado y sin habilidad de poder hablar, aunque conserva la capacidad de abrir los ojos. Esta parálisis puede pasar a las pocas horas de echarse a dormir o al ir despertando. Y lo que supuestamente estas soñando puedes mirarlo, sentirlo y oírlo. Es extraño, pero comúnmente son seres y criaturas diabólicas que intentan dañarnos en todos los que sufrimos parálisis. Sin embargo, la ciencia poco sabe de los sueños, el mundo del sueño es un terreno desconocido y hasta ahora sin explicación válidamente científica. 
A veces no quiero dormir por miedo a lo que pasa durante mi parálisis. Ahora que abandoné la medicación temo más de que no hay solución para mí. Dormía mejor, pero me sentía peor, me sentía más ansiosa y depresiva y no sé si era por los antidepresivos o mis pastillas de Tegretol, y es que mi doctora no se entera aún. No lo consulté con ella porque siento que no le importa una mierda lo que pase conmigo. No soy doctora, pero quizá tomaba una ‘’sobredosis’’, una dosis mayor a la que mi organismo requiere, no lo sé, solo sé que me siento horrible tomando pastillas y pastillas. Aunque no dejo de lado el estigma de los antidepresivos como la Fluoxetina. Cuando dejé de tomarlas me sentí tan bien. De hecho me sentí felíz, muy felíz. A los dos días comencé a despertarme en la madrugada nuevamente (2:00-3:00 am), ahora solo espero a que la parálisis aparezca otra vez. En fin, el cuento de nunca acabar... Hay otras teorías en que estas parálisis son ''larvas astrales'' y/o el comienzo de los viajes astrales, no sé. Antes de hecho creían que eran ''brujas''. Lo único que sé es que no quiero ver esas criaturas horribles o alucinaciones malignas sin poder moverme. 

Este es un cortometraje sobre lo que pasa cuando te esta sucediendo parálisis del sueño.


The Demoniacal, Blog que se dedica a la exposición de mitos y folclore al rededor del mundo. Explica y relaciona la parálisis del sueño con ''espíritus de brujas''.

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